Tener una mascota puede ser una de las mejores decisiones para mejorar la salud cardiovascular. Diversos estudios han demostrado que la compañía de un animal puede tener efectos positivos en el corazón y reducir el riesgo de enfermedades cardíacas. Uno de los principales beneficios es la reducción del estrés. Las mascotas, especialmente los perros y gatos, ofrecen una fuente constante de amor y apoyo emocional. Interactuar con ellos, acariciarlos o simplemente observar sus comportamientos puede liberar oxitocina, una hormona que contribuye a la sensación de bienestar y disminuye los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
Además, tener una mascota suele implicar un aumento en la actividad física. Los perros, por ejemplo, requieren paseos diarios, lo que obliga a sus dueños a mantenerse activos. Esta actividad regular puede mejorar la circulación sanguínea, reducir la presión arterial y fortalecer el corazón. Incluso actividades más tranquilas, como jugar con un gato, pueden ofrecer beneficios similares al fomentar movimientos ligeros y reducir el sedentarismo.
El vínculo emocional con una mascota también puede tener efectos cardioprotectores. Estudios han mostrado que las personas con mascotas tienen menores niveles de presión arterial y colesterol, y presentan una mayor variabilidad de la frecuencia cardíaca, un indicador de un corazón sano. En resumen, las mascotas no solo enriquecen nuestras vidas emocionalmente, sino que también contribuyen significativamente a nuestra salud cardiovascular.